¿Qué es una hipótesis? Consejos para redactarla
Si has decidido enfocar tu TFG o TFM en una investigación, seguramente te haya surgido la duda de qué es una hipótesis científica y cómo se debe redactar. A continuación, este post resolverá todas tus dudas para que abordes este apartado con éxito.
¿Qué es una hipótesis?
Al comenzar una investigación, muchos estudiantes se preguntan qué es una hipótesis y qué importancia tiene. La hipótesis es la presunción o suposición probable, objetiva y específica que se establece provisionalmente como base de una investigación.
Mediante el método científico, los investigadores suelen proponer hipótesis para explicar los problemas que están tratando de resolver. Se establecen sobre el hecho que se está estudiando porque en el momento de la investigación no se puede confirmar su veracidad.
¿Para qué sirven?
Una vez que sabemos qué es una hipótesis, es importante conocer su función. Estas suposiciones sirven para orientar y delimitar la investigación, ofreciendo una dirección en torno a la resolución de la cuestión a estudiar. Es la forma que tienen los investigadores de plantear el problema y establecer posibles soluciones.
¿Cuándo es necesario formular una hipótesis?
Una hipótesis debe surgir de antecedentes de investigaciones o sucesos previos. No todas las investigaciones requieren una premisa que dé una explicación al problema a resolver. Cuando no se busca probar algo no es necesario ofrecer una suposición. Por ejemplo, si en tu trabajo tienes que estudiar las características físicas de los adolescentes, tu estudio es explicativo y descriptivo, por lo que no necesita ninguna suposición.
¿Cómo deben ser las hipótesis?
La característica principal de las hipótesis es que son verificables. Deben fundamentarse mediante la observación o la experimentación. Por ejemplo, un estudio en el que se investiga los efectos del consumo de sal podría plantear la siguiente suposición: “La ingesta de sal de más de 5 gr diarios de sal en hombres de 40 a 60 años aumenta la presión arterial”. Esta es una premisa que se puede comprobar y revisar su veracidad.
Por tanto, siempre debe estar basada en una situación real. Además, las variables o los términos deben ser comprensibles, precisos y lo más concretos posible.
Las hipótesis, además, deben ser objetivas. Nuestra percepción no debe formar parte de ella. Se busca la mayor imparcialidad posible.
Otro aspecto importante es que deben estar relacionadas con técnicas disponibles para probarlas. Antes de formular la suposición, tenemos que analizar si existen técnicas y herramientas de investigación para verificarla y si están a nuestro alcance.
¿Qué tipos existen?
Existen diferentes tipos de hipótesis según se planteen desde diferentes perspectivas y según su objetivo. A continuación, te contamos cuáles son las más comunes.
Hipótesis descriptivas
Se enfocan en explicar las correlaciones entre fenómenos y no tanto en la razón de por qué ocurren.
Hipótesis explicativas
Son de utilidad para abordar el motivo del evento y su explicación.
Hipótesis nula
Se aplica en el análisis estadístico. Son interesantes si se desea comparar parámetros entre poblaciones. En este caso, se refiere al hecho de que no hay relación entre las variables que se evalúan. También es llamada “hipótesis de no relación”, pero no debe ser confundida con una suposición errónea. Simplemente, se trata de que las variables estudiadas no siguen ningún patrón. Si quieres saber más sobre este tipo de hipótesis, consulta este artículo.
Hipótesis condicionales
Estas suposiciones señalan que una variable depende del valor de otras dos. Existen dos variables asociadas a la causa del problema y solo un término vinculado al efecto.
Hipótesis deterministas
Son aquellas suposiciones que indican relaciones entre variables que se cumplen siempre sin ningún tipo de excepción.
¿Cómo formular una hipótesis?
La hipótesis debe expresarse como una declaración o proposición de la forma más sencilla posible.
Debe declararse «qué hace qué», es decir, cuál es la causa y cuál el efecto. La hipótesis es que X realmente produce el efecto Y. Estos hechos se llaman variables. Por ejemplo, en la premisa «las personas de 60 a 70 años que comen 5 huevos por semana aumentan significativamente los niveles de colesterol en sangre», las variables son el consumo de huevos y los niveles de colesterol.
Para todas las conjeturas debe establecerse claramente una relación causal y deben estar involucrados al menos dos eventos. El problema puede tener más de una suposición.
La dificultad en la formación de hipótesis puede deberse a varios puntos que son necesarios superar. Uno de ellos es la falta de conocimiento del marco teórico. Deben formularse después de conocer y establecer el marco teórico, no antes. Además, también es importante conocer las diferentes técnicas que se pueden utilizar para probar su veracidad.
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