Todo lo que necesitas saber sobre los criterios de evaluación
Si actualmente estás interesado en aplicar ciertos criterios de evaluación en el proceso de aprendizaje de tu programación didáctica; o te lo están solicitando para un TFG, TFM o Tesis doctoral, no te preocupes, podemos ayudarte. En este artículo te explicaremos qué son, para qué sirven, qué consideraciones debes tener y te daremos ejemplos sobre los criterios de evaluación y su aplicación.
¿Qué son y para qué sirven los criterios de evaluación?
Para que puedas comprender exactamente qué son los criterios de evaluación y para qué sirven, primero debemos analizar los términos por separado. Los criterios refieren a una norma o pauta, por su parte, la evaluación consiste en un proceso de calificación que se puede clasificar por puntuaciones según las cualidades reconocidas.
De ese modo, podemos distinguir que los criterios de evaluación se refieren a las referencias que suelen tomar los docentes, en el ámbito educativo, para establecer cómo van a evaluar el rendimiento académico de sus alumnos. Es decir, en palabras simples, es la manera en la que los profesores van a evaluar a los alumnos, no el qué, sino el cómo lo harán.
Estos criterios se pueden enfocar tanto en la práctica como la teoría de las asignaturas que pueden ser impartidas. Esto significa que los alumnos deben demostrar no sólo que comprenden los contenidos, sino que también pueden aplicarlos en nuevos ejemplos. Esto es importante para evitar la memorización a corto plazo.
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Características de los criterios de evaluación
Los criterios de evaluación deben cumplir con las siguientes características:
- Tienen que ser precisos, concretos, medibles y, sobre todo, observables.
- Necesitan apuntar lo máximo posible a la objetividad.
- Deben permitir la adquisición de competencias básicas.
- Debe ayuda a que haya una mejora no solo en el aprendizaje de los alumnos, sino que también en la práctica del docente.
De este modo, es que puedes comprender que los criterios de evaluación pueden dejar margen de mejora no solo a los alumnos, sino que también a ti como docente. Esto se debe a que al final de cada cursada puedes autoevaluar tu unidad o programación didáctica y en base a ello llegar a ciertas conclusiones sobre el desempeño.
Su rol en las metodologías activas
Las metodologías activas corresponden a un enfoque que incita a los alumnos a participar más activamente de su proceso educativo. Es decir, se rompe la dinámica donde el maestro se limitaba únicamente a enseñar y el alumno a tomar notas callado.
Muchas de estas participaciones también tienen su protagonismo gracias a la ludificación en clase, que es el proceso de uso de juegos educativos, divertidos e interesantes. Una alternativa parecida es la implementación de la gramificación, proceso mediante el cual todo el aprendizaje se vuelve un juego.
El alumnado también participa activamente del proceso de evaluación, conociendo los criterios que aplicarás como autoridad y reflexionando o analizando los mismos. También resultan útiles los espacios de autoevaluación, donde los alumnos pueden comprobar sus propios conocimientos.
Consideraciones en su aplicación
Todo profesor o tutor debe considerar una serie de aspectos previamente a aplicar determinados criterios de evaluación:
- Debe tener en consideración las competencias que se desarrollarán.
- Los criterios de evaluación deben focalizar en las enseñanzas más relevantes de la asignatura de turno. Es decir, los aspectos fundamentales que si o si deben ser inculcados al alumno para comprender y avanzar con la asignatura.
- Se tiene que enfocar en las dimensiones, que dan forma a los criterios de evaluación; las subdimensiones, que forman parte de las dimensiones y, finalmente, en los atributos. Estos últimos dan forma a las, ya mencionadas, subdimensiones.
De este modo, puedes comprender que hay varios aspectos que analizar e interpretar de manera previa a aplicar los correspondientes criterios a tus evaluaciones.
Ejemplos de criterios de evaluación
Un ejemplo de esto es el criterio que puedes utilizar en la asignatura Lenguaje. En esta asignatura, valorarás conceptos tan relevantes como lo son la comprensión, la descripción, el resumen y el análisis crítico de diferentes textos y materiales.
Entonces, si luego tomas una evaluación o examen a tus alumnos en el que, por ejemplo, les pides resumir un texto de 20 líneas en uno de 5, ahí es donde se verán en práctica los criterios que has determinado previamente.
Otro ejemplo son las matemáticas: si enseñas a sumar, restar, multiplicar y dividir y luego evalúas cálculos combinados, es evidente que esperarás que todo tu alumnado pueda tener dominio de las cuatro operaciones matemáticas.
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